CAP. XL (I) DE DON QUIJOTE
Donde se cuenta el auténtico, original, y divertido sueño que, concedió el dios Hipnos, al auténtico, original, y divertido creador de la fantasía mundialmente conocida por el nombre de:
“Don Quijote de La Mancha”.
Acostumbran, los escritores de mente e imaginación portentosa (Cervantes, Dostoyevski), a crear, o mejor dicho, a soñar distintas fantasías, cuando la inhóspita geografía donde se encuentran y la ausencia de Libertad (la Libertad, Sancho, . . .), no les permite plasmarla en papel.
O, como en el caso que nos ocupa, el protagonista del sueño es el mismo soñador quien, encontrándose cautivo en unos, no muy aseados baños de Argel, sueña e imagina (“cómo será aquella que a él tanto le estima, y la la la….. “. Discúlpeseme la licencia musical), que es rescatado por una bellísima y acaudalada dama de blanquísima mano (en contraposición a la del blanquísimo pie), hija y heredera universal de su riquísimo y timorato padre, de nombre Agi Morato.
Y de la siguiente forma nos cuenta El cautivo, Sr. De Saavedra, cómo durante su cautiverio mantenía la mente ocupada, y la esperanza siempre viva, sostén de su muy etérea fe en un mundo libre, de la mano (blanquita) de la dama anteriormente mencionada:
“..porque jamás me desamparó la esperanza de tener libertad; y cuando en lo que fabricaba, pensaba y ponía por obra no correspondía el suceso a la intención, luego, sin abandonarme, fingía y buscaba otra esperanza que me sustentase, aunque fuese débil y flaca…..”.
Y es que, la de la blanca mano, había tenido una “institutriz” que la enseñó a apostatar de la fe de sus padres, y a abrazar una nueva religión, muy aficionada a quemar en la hoguera a todo aquel que osaba dudar de la infalibilidad de sus jerarcas. Asimismo, esta nueva religión que abrazó, que no es otra que la legendaria Católica Apostólica y Romana, para tener entretenido al personal, había inventado una cierta abundante cantidad de Vírgenes Marías “de tal y tal ”, con sus correspondientes ermitas en los montes más altos, donde siempre por la feracidad de sus tierras, pastaban sus ovejas unos humildes pastorcillos, a los que se le concedía el privilegio de ser visitados por la Virgen de turno.
(contemplamos atónitos, nosotros pecadores, cómo el soñador Cervantes lanza constantes guiños a la Iglesia Católica para asegurarse no tener problemas con La Santa Hermandad).
La “de la blanca mano”, cuya mano.., hace sucesivas apariciones, (es el núcleo del sueño de nuestro narrador-cautivo), por una ventana que, con el patio de los desaseados baños es limítrofe. Dicha albina extremidad, es el motor de una caña que, a forma de las de pescar, hace su aparición en el patio “cautivesco”. La caña, al final del sedal no lleva anzuelo, sino un mensaje para el más afortunado de aquellos presos. Dicho mensaje ha sido negado (como la negación del Pedro bíblico, no del nuestro ¡cuidado!), hasta tres veces…, a otros cautivos por no dar la talla caballeresca y cristiana (de nuevo, guiño):
“Muchos cristianos he visto por esta ventana, y ninguno me ha parecido caballero sino tú”.
El momento álgido, del “delicioso” sueño, se presenta a continuación de la última frase que he entrecomillado. Prosigue así, la blanca mora conversa, en el citado (y envidiado) pasaje (o sueño):” Yo soy muy hermosa y muchacha, y tengo muchos dineros que llevar conmigo; mira tú si puedes hacer cómo nos vamos, y serás allí mi marido…”
¡No puede existir hombre más afortunado en el mundo, que este cautivo!. Pasa en muy poco tiempo, de ser el hombre más desgraciado, preso en tierras extrañas, a ser el más dichoso; convirtiéndose, en un bajar y subir de párpados en dueño y señor de:
- La mejor hembra de la especie Homo.
- Una inconmensurable fortuna en metálico.
- Un suegro que no se entera de las maniobras de su hija.
Donde se cuenta el auténtico, original, y divertido sueño que, concedió el dios Hipnos, al auténtico, original, y divertido creador de la fantasía mundialmente conocida por el nombre de:
“Don Quijote de La Mancha”.
Acostumbran, los escritores de mente e imaginación portentosa (Cervantes, Dostoyevski), a crear, o mejor dicho, a soñar distintas fantasías, cuando la inhóspita geografía donde se encuentran y la ausencia de Libertad (la Libertad, Sancho, . . .), no les permite plasmarla en papel.
O, como en el caso que nos ocupa, el protagonista del sueño es el mismo soñador quien, encontrándose cautivo en unos, no muy aseados baños de Argel, sueña e imagina (“cómo será aquella que a él tanto le estima, y la la la….. “. Discúlpeseme la licencia musical), que es rescatado por una bellísima y acaudalada dama de blanquísima mano (en contraposición a la del blanquísimo pie), hija y heredera universal de su riquísimo y timorato padre, de nombre Agi Morato.
Y de la siguiente forma nos cuenta El cautivo, Sr. De Saavedra, cómo durante su cautiverio mantenía la mente ocupada, y la esperanza siempre viva, sostén de su muy etérea fe en un mundo libre, de la mano (blanquita) de la dama anteriormente mencionada:
“..porque jamás me desamparó la esperanza de tener libertad; y cuando en lo que fabricaba, pensaba y ponía por obra no correspondía el suceso a la intención, luego, sin abandonarme, fingía y buscaba otra esperanza que me sustentase, aunque fuese débil y flaca…..”.
Y es que, la de la blanca mano, había tenido una “institutriz” que la enseñó a apostatar de la fe de sus padres, y a abrazar una nueva religión, muy aficionada a quemar en la hoguera a todo aquel que osaba dudar de la infalibilidad de sus jerarcas. Asimismo, esta nueva religión que abrazó, que no es otra que la legendaria Católica Apostólica y Romana, para tener entretenido al personal, había inventado una cierta abundante cantidad de Vírgenes Marías “de tal y tal ”, con sus correspondientes ermitas en los montes más altos, donde siempre por la feracidad de sus tierras, pastaban sus ovejas unos humildes pastorcillos, a los que se le concedía el privilegio de ser visitados por la Virgen de turno.
(contemplamos atónitos, nosotros pecadores, cómo el soñador Cervantes lanza constantes guiños a la Iglesia Católica para asegurarse no tener problemas con La Santa Hermandad).
La “de la blanca mano”, cuya mano.., hace sucesivas apariciones, (es el núcleo del sueño de nuestro narrador-cautivo), por una ventana que, con el patio de los desaseados baños es limítrofe. Dicha albina extremidad, es el motor de una caña que, a forma de las de pescar, hace su aparición en el patio “cautivesco”. La caña, al final del sedal no lleva anzuelo, sino un mensaje para el más afortunado de aquellos presos. Dicho mensaje ha sido negado (como la negación del Pedro bíblico, no del nuestro ¡cuidado!), hasta tres veces…, a otros cautivos por no dar la talla caballeresca y cristiana (de nuevo, guiño):
“Muchos cristianos he visto por esta ventana, y ninguno me ha parecido caballero sino tú”.
El momento álgido, del “delicioso” sueño, se presenta a continuación de la última frase que he entrecomillado. Prosigue así, la blanca mora conversa, en el citado (y envidiado) pasaje (o sueño):” Yo soy muy hermosa y muchacha, y tengo muchos dineros que llevar conmigo; mira tú si puedes hacer cómo nos vamos, y serás allí mi marido…”
¡No puede existir hombre más afortunado en el mundo, que este cautivo!. Pasa en muy poco tiempo, de ser el hombre más desgraciado, preso en tierras extrañas, a ser el más dichoso; convirtiéndose, en un bajar y subir de párpados en dueño y señor de:
- La mejor hembra de la especie Homo.
- Una inconmensurable fortuna en metálico.
- Un suegro que no se entera de las maniobras de su hija.
Nota revulsiva:
Estimados amigos, no se olviden (como el cautivo) de soñar, ya que nosotros los “letraheridos”, para vivir, para sobrevivir, necesitamos de la nutrición de los sueños.
Estimados amigos, no se olviden (como el cautivo) de soñar, ya que nosotros los “letraheridos”, para vivir, para sobrevivir, necesitamos de la nutrición de los sueños.
17 comentarios:
Los que no hacemos ni sombra, por andar por ahí como seres incorpóreos, nos queda el pensamiento (libre de verdad) para imaginarnos soluciones imposibles a las cadenas físicas que nos atenazan y las puertas que nos atrancan. pancho
jo..Antonio...este si que te ha salido verdaderamente gamberrete...y ojito debería ser el ilustrador oficial de la Edición de 2009 del Quijote....yo también quiero ser como el cautivo....saludos
(ya leí el espolón, no tiene desperdicio... ánimos seguid)
"Aprendamos a soñar, para llegar a la verdad".
Lo dijo Mendeleieff, el creador de la tabla simbòlica de los elementos. Un pobre muchachito.
Muy bueno lo suyo, tocayo.
Saludos
Primero de todo ¡gracias por El Espolón! Ya lo recibí y disfruté como una enana con su lectura. A ver cómo os sale el tercero... Lo espero ansiosamente, casi, casi, como la bella Zoraida María espera que le libere el apuesto cautivo... Según el dibujo de Ojito, (por cierto, ¿quién es?) la de la blanca mano era un ¡bellezón! pero no tan blanca... Estupendo tu análisis. Muchos besotes, M.
Antonio:
Muy humorístico tu análisis, como síempre, de este capítulo.
Soñar despierto es imaginar aquello que deseamos. Sin sueños no habría ilusiones.
Un saludo.
PANCHO:
Nunca podrán arrebatarnos la imaginación y nuestro patrimonio cultural.Gracias Pancho.
MANOLO TUCCI:
Seguro que Cervantes se lo pasó en grande escribiendo estos capítulos.
Ojito le buscó un blanquito cuerpo a Zoraida jajaja. Gamberro...gamberro.
Si te gustó Espolón, me hace feliz.
GAUCHO:
Descubrir la verdad sería llegar a saber que, producto de qué sueño somos. Quién nos soñó para que existamos. Gracias tocayo. Me alegro de verte activo.
MERCHE:Me alegra que te guste Espolón. Dedicación sí que le ponemos, y mucha ilusión. El tiempo es nuestro enemigo, como de tantos, claro.
Ojito es mi contable a tiempo parcial; soy "probe" como Espolón.
Es un artista del diseño en 3D por ordenador. He tenido suerte por conocerlo. Realiza las portadas de la revista.
La de la blanca mano......debe de tener el cuerpo en concordancia con la mano, no?? jajaja. Ahora te veo.
MARÍA JOSÉ:
Tus palabras merecen ser pronunciadas por don Quijote.
No te fuiste de tourné, este puente largo para los docentes??
Qué tetas!!! vaya con el Quijote mmm jajajaja
Gracias por tu recibimiento, niño guapo.
Besazos
DIAnNA:
Bien dotada....esta Zoraida¡¡¡
Es que Ojito...donde pone el ojo, pone la bala.
Me alegro que estés de vuelta.
Perdón por llegar tarde.
Lo habéis bordado: excelente contravisión del final de la historia del cautivo como sueño cervantino.
Y qué imagen: tenéis razón, al pobre don Miguel le importaba un pito esta crisis. Bastante tenía con lo suyo.
Pienso que habéis econtrado el tono exacto a estas entradas.
Divertida y magnífica entrada.
¡Hay tipos que nacen con suerte! y los que no pues a "ajo" a "agua" y a "resina".
Saludos.
Hey, gamberro. Paso a dejarte un saludo.
Besos
Siempre eran pastorcillos...qué casualidad.
¡Vaya Zoraida la de don Miguel!Si llega a sacar una Zoraida así, da con sus huesos en las mazmorras de la Inquisición.
Tu contravisión, Pedro dixit, estupenda.
Un abrazo
Te leo muy desaparecido últimamente... Espero que la tendinitis no te esté amargando la existencia de nuevo... Besotes, M.
¡Qué buen gusto, el leer esta recreación tan bien trazada!
Y qué razón tiene en todo.
Claro está o a mí también me lo parece que este Saavedra, crea el personaje del cautivo Capitán y la bella Zoraida, con aquellos sueños que para él le hubiesen convenido, y explica en ellos, desde su huida ideal, o su rescate ideal y también su amor ideal. Todo en uno y trino, e incluso ese deseo de abrazar la religión que a uno no le corresponde, para encontrar en ella acogedora a la María siempre virgen y una aceptación que finalmente le acomode.
Perfecta su recreación de la novia de Frankenstein de don Cervantes, entre Dorotea y María, entre Micomicona y Zoraida, mano y pie, pie y mano, aunque si hay que hablar de sexo, nadie iguale a Maritornes, y tampoco olvidemos en sus húmedos sueños a la hija del ventero, sonriente y jocosa.
Especialista fue Cervantes en sucios baños y ventas, y con ellas sus manchegas mozas.
Suyo quedo, Z+-----
Nota: Gracias por su ofrecimiento de edición impresa del gustoso Espolón. Como email no trato, aquí le dejo la dirección de mi humilde cueva, dirijase al:
Señor propietario
Apartatado 94
28680 San Martín de Valdeiglesias
Comuna de Madrid
Reino de las Españas
Muchas gracias a todos por vuestras palabras, os he leìdo detenidamente, pero ahora salgo de viaje ràpidoooooooooooo.
Sr de la Vega, tendrà usted un Espolòn.
Quizàs esta tarde vuelva temprano y les visite.
Y ahora, más que nunca, con la crisis, debemos acostumbrarnos a comer aire y a soñar con sabrosos platos
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