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viernes, 2 de abril de 2010

COMENTARIO AL CAP. 2.43 DE DON QUIJOTE



    "El espiritu de Sancho Panza": el caracter español a traves de los refranes

Tal como reza el epígrafe introductorio a este capitulo, en él se aborda lo concerniente a los segundos consejos que dio don Quijote a Sancho. Y segundos o secundarios consejos se les llama, pues los primarios o principales fueron en el cap. anterior, los que se referían al buen cultivo del alma. Aunque lo de mens sana y el corpore sano (los latinófilos me sabrán corregir) deben ser ambos a una.

Quien escuchara los consejos que don Quijote transmitía a Sancho nunca pudiera decir que no era persona cuerda y cabal. Nuestro flaco hidalgo sólo desvariaba en lo tocante a la caballería andante. De esta forma, “a cada paso desacreditaban sus obras su juicio, y su juicio sus obras”. Menuda dicotomía se nos presenta a los lectores: saber cuando don Quijote muestra su lado cuerdo y cuando el fabuloso o fabulador; ya que los efectos en los lectores (sobre todo en los letraheridos) son más terapéuticos cuando representa su perfil onírico, mas que el telúrico, o de los pies en el suelo con su cruda realidad (ya se sabe, de la nutrición de los sueños para sobrevivir).

Consejos segundos que se mencionan:
"-En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes las uñas, sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos, como si aquel escremento y añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes garras de cernícalo lagartijero: puerco y extraordinario abuso."

También le aconseja que no lleve los calzones caídos que le arrastren por el suelo porque ello indica flojedad del alma (o que va, como los jóvenes de ahora, a la moda).

“No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería” (y porque ninguna le va a arrimar los morros).
"Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco ( Sancho pensaba: a mi señor se le ha ido la "olla", si no como mas que mendrugos), que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni de erutar delante de nadie."

-”Eso de erutar no entiendo -dijo Sancho"
"-Erutar, Sancho, quiere decir regoldar, y éste es uno de los más torpes vocablos que tiene la lengua castellana, aunque es muy sinificativo; y así, la gente curiosa se ha acogido al latín, y al regoldar dice erutar, y a los regüeldos, erutaciones; y, cuando algunos no entienden estos términos, importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo, que con facilidad se entiendan; y esto es enriquecer la lengua, sobre quien tiene poder el vulgo y el uso."

Vemos cómo Cervantes se mete a académico lingüista de antaño, dando prácticamente la misma justificacion sobre los motivos para admitir vocablos nuevos en el Diccionario de la Lengua que daría un académico de hogaño.(Ya no solo es la Academia la que Limpia Pule y da Esplendor, sino que hay una empresa que ha encontrado un fin higienizante y un tanto escatologico para las obras literarias: Clic aqui)

También hizo bastante hincapié don Quijote a Sancho para que no incluyese “a troche moche” tantos refranes en sus conversaciones, porque con frecuencia no venían a cuento y parecían más disparates que sentencias. Todos los refranes del Quijote, y aqui los refranes de la Enciclopedia Libre en Español
Sancho le contestó a su amo que él no podía dominarlos ya que le salían de la boca a borbotones irrefrenables.
Pero de lo que más se lamentaba Sancho era de su mala memoria para retener los conejos, y aunque los aceptaba  como necesarios, presentía que por ser tantos, los olvidaría en el momento más oportuno. Don Quijote le sugiere que los escriba y los repase, pero el pobre Sancho se duele de no saber escribir; sólo su nombre sabe hacer y a grandes trazos, como los que se escriben en los fardos o paquetes que se mandan por cosario. Finalmente cae en la cuenta de entregárselos escritos a su confesor para que se los recite en cada confesión.

Le comunica don Quijote a su escudero que no le ve madera de gobernador, que teme ponga la ínsula “patas arriba”; a lo cual Sancho le contestó que, en ese caso, estaría dispuesto a dejarlo porque prefería irse al cielo como Sancho que al infierno como gobernador.

Reconoce por fin don Quijote la nobleza de su subordinado y le premia con la siguiente expresión: “Buen natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga”.

Como broche final a todos los consejos dados y, ante la inminente toma de posesión de la insula por parte de Sancho, don Quijote le manifiesta fervorosamente que se encomiende a Dios.

"Y vámonos a comer, que creo que ya estos señores nos aguardan."

Nota Revulsiva:
Este comentario pertenece a la Red de Comentarios Quijotescos que desde su blog La Acequia dirige nuestro, ojala ya menos febril, profesor Pedro Ojeda Escudero

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.