sábado, 30 de mayo de 2009

LA NIÑA QUE SILENCIÒ AL MUNDO Y MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD.

Hola amigos:

He montado el video que aparece bajo este post, porque creo que merece la pena escucharlo..................VARIAS VECES.

No sè montarlo en la misma entrada, OJito fue a ponerse en remojo a Màlaga, entonces lo puse justo debajo de la zona de comentarios.

Asìmismo les recomiendo, para los que aùn no lo conozcan, el Manifiesto por la Solidaridad:
creado por un tal Cornelivs, muchachote que tiene cara (y hechos) de buena persona; apoyado y difundido por miles de blogueros de todo el mundo, esperamos y confiamos que los objetivos a los que se aspiran en dicho Manifiesto se vuelvan realidad........CON LA AYUDA DE TODOS, OTRO MUNDO, SÍ ES POSIBLE.

http://cornelivs.blogspot.com/2009/01/manifiesto-por-la-solidaridad_29.html

lunes, 25 de mayo de 2009

CONFIESO QUE HE LEIDO

¡ Amigo Tucci no te lleves muy lejos la cigala ! -que el padre Pedro está absorto en sus pensamientos.


CONFIESO QUE …HE LEÍDO

Sí amigos, por segunda vez en mi vida, he leído la primera parte del Quijote. Y como habéis visto he jugado con el título del primer libro de memorias de P. Neruda –Confieso que he vivido-.
Estuve tentado de haberlo hecho con el segundo idem del chileno y haber titulado esta “confesión”:-Para leer he nacido- alteración del propio: -Para nacer he nacido-; pero ya este segunda apropiación me pareció demasiado pretenciosa. No sólo de lecturas vive el hombre….., “sino de toda palabra que sale de boca….(ya dije que estuve en el seminario) del profesor Pedro Ojeda Escudero, a quien nuestro Sr. Don Quijote conserve fresco y lozano (como hasta ahora) al menos hasta que acabemos la lectura de la segunda parte y bla bla bla.

Hace un tiempo que yo leía cualquier cosa que caía en mis manos (etiquetado de champúes, prospectos de lociones anticalvicie, cremas para la reducción de la grasa abdominal y cerebral; que esta última es muy tóxica, como los best-seller del Carrefour), hasta que caí en la cuenta de que evitar la calvicie era misión imposible, y que para frenar la acumulación de pringue en la peligrosa curva de la felicidad debía de abandonar mis sanos hábitos alimenticios (chungo, ahora que El Tucci me ha invitado a degustar los langostinos sanluqueños).
Por lo que, sin pensármelo dos veces, dejé de leer tan insalubres lecturas. Entonces me apunté a la peña de La Acequia; tribu, donde cada semana se lee, se reflexiona y se comenta un cap. del Quijote.
El cambio ha sido espectacular: me ha empezado a crecer……, mi melena diciochesca (que no es del año 1800), y con mi dorado flequillo rubio….., ya vuelvo a espantar las moscas que habían tomado mi cráneo por pista de aterrizaje.

Estaba yo algo perdido en la jungla literaria, hace ya un par de años, cuando leí una moderna adaptación de un verso de Neruda (¡cuánto le debo al chileno!): “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, metamorfoseado en: “Es tan corta la vida y son tantos los libros”. -El hecho me dolió (que dijera Borges), pues comprendí que el incesante y vasto universo- me alejaba de ellos (los libros).
De esta forma comprendí que me iba quedando sin vida. Que ya no celebraba los cumpleaños con alborozo.
Tomé, sin remisión, la decisión de leer solamente los mejores libros que en el mundo han sido; incluida la rerrerrelectura de la Biblia (que por algo soy agnóstico). Y no cesar hasta leer: al Dante, al “Chespir”, al Dostoyevski ……
Porque Jesucristo, don Quijote, y algunos personajes del epiléptico ruso como El Idiota -Príncipe Mishkin-, son la muestra máxima de humanidad en la Literatura, en La Tierra.
Son seres extraordinarios, son Santos Profanos a los que había que elevar a los altares (y de camino bajar a alguno que no hizo nada por el prójimo).


NOTA REVULSIVA:

Tengo que agradecer a nuestro director (espiritual?) literario Pedro Ojeda Escudero y a su prole de acequianos (Tucci, Pancho, Merche, Silvi, SorAbejita, Jan Puerta…… y seguro que se me olvida alguien) el calor que me han dispensado desde el primer día (y eso que era invierno).
Agradezco las palabras de mi paisana Mª Antonia, de Mª José maestra en Bacares, y a cuantos han asomado a este revulsivo espacio.
Primo Javier, no me he olvidado de ti jaja

Un abrazo a todos.

viernes, 22 de mayo de 2009

A LOS LETRAHERIDOS Y AQUEJADOS DEL MAL DE FILOQUIJOTIMIA

Hola Pedro y demás amigos afectados de filoquijotimia:

Os transcribo un fragmento que he leído en un libro titulado "Creadores" (ensayos seleccionados), de E.L.Doctorow hace un par de días.

Dice así:
" Antaño, cuando los únicos autores eran Dios y sus profetas, se daba por sentado que las historias eran ciertas sólo por el hecho de contarse. Ahora ya no es así. En un mundo moderno al que el racionalismo y la ciencia privaron de un universo concebido por Dios, se reconoce el carácter mortal de todos los autores. Nadie se cree sus historias automáticamente. Eso plantea un problema que nunca tuvieron los autores que escribían en nombre de Dios. Y así, desde la aparición de las primeras novelas, los autores se han visto obligados a defender la autoridad de su arte mediante tretas.

Cervantes nos cuenta en la primera parte del Quijote que encontró el manucristo de las aventuras del hidalgo en un mercado de Toledo: tal y como las escribió un historiador árabe.

Cervantes defiende la autoridad de sus narraciones -en tanto relato histórico, en tanto biografía, en tanto verdad- negando su propia autoría".

NOTITA REVULSIVA:

Amigos, me ha parecido esta reflexión, bastante interesante e ilustrativa.
Espero disponer de más tiempo en el fin de semana. Salgo, ya tarde, de viaje por esos lugares de la Andalucía.

lunes, 18 de mayo de 2009

CAPITULO (1) LI DE DON QUIJOTE


La peña revulsiva nos metimos entre pecho y espalda, unas buenas lonchas del jamoncillo de Rute, en homenaje a D. Quijote.

CAP. (1) LII, 2º TRAMO

A las voces y gemidos de Sancho, despertó don Quijote del sueño que, no fue eterno porque el cuadrillero le descargó el garrotazo en el hombro y no en la cabeza; y en el trance de despertar, no vio don Quijote pajaritos girándole alrededor de la testa, sino a su señora Dulcinea en todo su esplendor. Entonces nos empalaga con una sobredosis de dulcificación, pronunciando: “El que de vos vive ausente, dulcísima Dulcinea, a mayores miserias que éstas está sujeto”.

Ayuda Sancho a su señor a subir al carro, donde éste se acomoda en blandito lecho de heno. Como don Quijote, con el hombro molido, no tiene ganas de fiestas, es Sancho algo ya transustanciado (cual hostia dije) en Quijote, el que nos ofrece un tenue avance informativo sobre una tercera salida, segunda parte del Quijote o “Quijote de 1615” como prefieren algunos; ya que según dicen es una obra superior a la primera y se pueden considerar dos libros independientes. El avance mencionado es: “ y volvamos a mi aldea en compañía de estos señores que su bien desean, y allí daremos orden de hacer otra salida que nos sea de más provecho y fama”.

Cervantes, de un plumazo, despide al cabrero, a los cuadrilleros y al canónigo, los cuales ya estaban incordiándole para la resolución del retorno de don Quijote a la aldea; no sin antes prometerse entre los mencionados personajes de la novela, cartearse para estar al tanto de la evolución de don Quijote (así como de las esposas y chiquillos, para quienes mandaban besos).

Después de seis días de camino, la comitiva con don Quijote enjaulado, llegó a la aldea. Era domingo, las gentes, que no habían hecho más que salir de misa de doce (con el pan ácimo transustanciado en dios mismo), se arremolinaban en la céntrica plaza. De esta manera pudieron observar lo flaco y amarillo (como la envidia, que está flaca y amarilla porque muerde pero no come) que venía nuestro hidalgo señor.
El ama y la sobrina gritaban y se daban de bofetadas, maldiciendo a grito pelao la mala influencia que los libros de caballería habían ocasionado en su amo y tío.
La mujer de Sancho, a la que ahora Cervantes la nombra como Juana, y otrora fuera Teresa (Cascajo, para más detalles), en cuanto ve a su marido, y como ignoraba que éste había estado con gripe, tuberculosis y hemorroides, por lo primero que le pregunta es por el estado de salud del rucio (¡no es bruta la mujer de Sancho!); a lo que Sancho le contesta que el burro está gordo y rollizo como porcino de doce arrobas presto para la matanza (¡pues sí que quería poco esta Juana a su noble esposo!).

Concluye Cervantes la 1ª parte del Quijote haciendo unas conjeturas de si habrá una segunda parte; y afirma que no ha podido encontrar más noticias sobre don Quijote, pero que en La Mancha es fama que salió una tercera vez y fue a Zaragoza donde se halló en unas famosas justas.
Solamente en cierta caja de plomo, hallada en los cimientos de una ermita, encontró unos versos escritos por “unos académicos de La Argamasilla, lugar de La Mancha” (confusión al canto para cervantistas), dedicados a don Quijote el calvatrueno, a Dulcinea la de rostro amondongado (lleno de granos y bultos, como las vísceras de las bestias), a Rocinante y a Sancho el de cuerpo chico.

Cervantes tilda a los académicos de Monicongos, Paniaguados, Caprichosos, Cachidiablos y Tiquitoc; las poesías son humorísticas y en todas ellas hay una burla de las academias o reuniones literarias tan frecuentes entonces en Madrid y en otras ciudades.

No los tenía Valle-Inclán a los académicos en más estima que Cervantes. Precisamente en Luces de Bohemia encontramos un pasaje muy ilustrativo:
Max Estrella se encuentra por la calle con lo jóvenes modernistas, y Dorio de Gadex que es uno de ellos le dice:
“Maestro, preséntese usted a un sillón de la academia”,
A lo que Max estrella responde:
“ No lo digas en burla, Idiota. ¡Me sobran méritos!. Pero esa prensa miserable me boicotea. Odian mi rebeldía, y odian mi talento. Para medrar hay que ser agradador de todos los Segismundos. ¡El Buey Apis me despide como a un criado!, ¡La academia me ignora!, ¡Y soy el primer poeta de España! ¡El primero! ¡El primero! ¡Y ayuno! ¡Y no me humillo pidiendo limosna! ¡Y no me parte un rayo! ¡ Yo soy el verdadero inmortal, y no esos cabrones del cotarro académico!.”

Cervantes concluye el libro con una frase del Orlando Furioso de Ariosto: “Forse altri canterá con miglior plettro” -quizá otro cantará con mejor plectro- o sea pluma.

REVULSIVA NOTA:

Con este comentario acabamos, la peña quijotesca comprometida con la lectura-locura colectiva de don Quijote de la Mancha, la lectura de la primera parte. El jefe Pedro Ojeda nos da un par de semanas de vacaciones que las aprovecharemos para reflexionar sobre lo leído.

Como ya sacamos el tercer número de Espolón, si tienen curiosidad en darle un vistazo, pulsen en el enlace; si quieren uno en cuerpo y alma dejen su domicilio postal y se lo mandaremos rápidamente.

Espoloneando.blogspot.com

lunes, 11 de mayo de 2009

COMENTARIO AL CAP.(I) 52, 1º TRAMO

Don Quijote y su rocín en Pozoblanco - Córdoba . Obra de: Aurelio.


Cap. (1) 52, 1º tramo

“General gusto causó el cuento del cabrero a todos los que escuchado le habían….”, cabra incluida. Pero fue el canónigo quien mostró más curiosidad por la culta forma en que lo hubo narrado; y es que, el bien nacido Eugenio, daba la impresión de haber asistido a las clases del mismísimo Erasmo, por lo bien que se explicaba. Del profesor Ojeda, que no le iría a la zaga al holandés, creo que no se tenía noticia aún en aquellos ovejunos tiempos: con razón dijo el cura que los montes criaban letrados; por mi terreno y el de Ronda, también bandoleros.

Se ofrece don Quijote al cabrero, a quien distingue como “hermano cabrero” (no tardará en tildarlo de “hermano demonio”, cuando se repartan mojicones entre ambos), para rescatar a Leandra del enclaustramiento monacal a la que se ve sometida, aunque hubiere de pasar por encima del cadáver de la abadesa en jefe.
Pero el cabrero, en vez de aprovecharse de los servicios que le ofrece nuestro noble caballero, comete el “disparate” de tratarlo como a un loco: “…este gentil hombre debe de tener vacìos los aposentos de la cabeza”. No sabe el amigo de las cabras con quien se juega los cuartos, le falta tiempo a don Quijote para darle tratamiento de grandísimo bellaco, que el vacìo y el menguado sería èl, ya que nuestro caballero se encuentra màs lleno que jamàs lo estuvo: motivo de màs estar recién almorzado.

Pero se ve que había sobrado un mendruguete de pan por ahì, el mismo que se dirigió sin desviar su trayectoria, a las narices del cabrero, que por no ser chato, vio remachadas sus narices hasta sus huesecillos internos. El cabrero se abalanza sobre el delgado y delicado cuello de nuestro señor el cual aprieta entre ambas manos, de forma que si Sancho no acude al rescate de don Quijote, la lengua de èste estaba presta para comerla el gato, por lo larga y caída que estaba.
Mientras tanto, el resto de comensales dejaron de comer, no porque perdieran el apetito, sino porque Sancho pegò con el cabrero encima de la mesa; y de esta entretenida forma se dio por concluido el nemoroso “papeo”.

Ruega don Quijote una tregua (y eso que llevaba las de ganar, como siempre) al cabrero, porque ve asomar un desfile con un doloroso son de trompetas, que él interpreta como un reclamo a la fuerza de su brazo: alguna menesterosa le llama.
Pero resulta que era una procesión de “disciplinantes” (masocas, para que nos entendamos) que vagaban por los sedientos campos portando la imagen de una Virgen (dicen) María, y pidiendo al cielo que dejara de negar su rocío a la tierra (que la cosa no alcanzaba ni para criar esparto).
Don Quijote, que confunde la comitiva con un grupo de villanos que llevaban presa a una principal señora, arremete con su resplandeciente espada contra las doradas andas donde encaramada se encuentra la cautiva señora; pero uno de los que portaban las andas se dispone a golpear a nuestro caballero con un fuerte madero, don Quijote lo intercepta en el aire y lo reduce a un tercio, ya sólo apto para carear pavos en los ribazos . Sin embargo, tanta era la furia del portador, que descargó con aquel trozo toda su fuerza contra el hombro de don Quijote, quién, sin más contemplaciones, vino a pegar en el suelo con más cara de muerto que de vivo.
Todos corrieron a comprobar el estado en que había quedado nuestro caballero, pero fue su leal escudero (y hermano, hijo, criado) Sancho, quien se arrodilló ante él y con lágrimas en los ojos improvisó un discurso a forma de panerígico, con el que demostró la progresiva transustanciación (como le pasa a la hostia) que en su espíritu se iba sucediendo, de sanchismo a quijotismo: “¡Oh flor de la caballería, que con sólo un garrotazo acabaste la carrera de tus tan bien gastados años!”.

REVULSIVA NOTA:

Como el capìtulo es demasiado largo para ser procesado de un tiròn por mis revulsivas y escasas neuronas, he optado (ya que he visto y celebrado que el jefe Ojeda también lo ha hecho) por dividirlo en dos.
La semana que viene abordaré el final, con los académicos, monicongos y otras lindezas incluidos.
Esta tarde se la ha tomado Ojito de asueto. Tengo una guapa foto de don Quijote sacada hace poco en Pozoblanco, sobre una escultura de Aurelio Teno. Intentaré que la monte mañana; en caso contrario la dejaremos para la semana que viene.

Este medio-comentario forma parte de la lectura-locura colectiva sobre don Quijote de la Mácula, que desde su blog La Acequia dirige el incansable profesor Pedro Ojeda Escudero, a quién dios nos lo conserve siempre joven y dinámico.

domingo, 10 de mayo de 2009

MIS LECTURAS DE EL QUIJOTE: EL QUIJOTE y de salidas y regresos de la 1ª Parte#c4959448178131280544

MIS LECTURAS DE EL QUIJOTE: EL QUIJOTE y de salidas y regresos de la 1ª Parte#c4959448178131280544
Manolo, què has liado otra vez que no encuentro dònde comentar. Ignoro si esta queja saldrà como comentario al uso.

En Priego la calle Cervantes tampoco es de las principales. Una secundaria por cumplir con las costumbres.

Llegamos al final de la 1· parte, àvidos por empezar a devorar ya el pròlogo de la 2· .
Lo que siento es que segùn empieza el buen tiempo estoy màs jodido de tiempo. Quien me mandarìa a mì meterme a trabajador autònomo y a cargarme de mujer y chiquillos:
C`est la vie del "probe".

Que disfrutes del ga¨zpachito

lunes, 4 de mayo de 2009

CAPITULO (1) LI DE DON QUIJOTE

Obra ganadora del 1º premio del Concurso Internacional de motivos Quijotescos, organizado por el ayuntamiento de Nueva Carteya (Córdoba), coincidiendo con la celebración del IV centenario de la publicación del Qujote (1ª) . Nueva Carteya 2.005.

CAP (1) LI

Inició el cabrero, arrimado a su cabra, el relato que tenía prometido al resto de comensales.
Les habló de un rico labrador, que por ser rico forzosamente debería de ser honrado (los pobres siempre han tenido la culpa de todo), pero lo que más rico hacía a este hombre no eran sus dineros y latifundios, sino su hija, donde confluían máxima belleza y juventud: 16 añitos, la edad ideal en las mozas preferidas por don Cervantes.
Quizás por su tierna edad, aún no haya “conocido” (cual Virgen María) varón; y este dato tal vez le “pone” a don Cervantes; como a cualquier maromo de su tiempo (los de ahora tampoco las despreciaríamos). Empezamos con carga erótica ya en la descripción de la joven.

Tan atractivo binomio, riqueza del padre y exquisitez de la hija, traía de cabeza a todos los mozos de la comarca. Aunque los que tenían más posibilidades eran Anselmo (el mito de don Juan no se había patentado aún) y el contador de la historia, por nombre Eugenio o bien nacido, aunque con poca suerte en amores.

Acertó a llegar a la aldea donde vivía Leandra, que así se llamaba la “pija”, el hijo de un pobre labrador que venía de haber hecho la guerra en Italia, era conocido por el nombre de Vicente de la Rosa, según alguna edición (como la que nos ofrece Pedro Ojeda en el enlace de La Acequia), o Vicente de la Roca según mi Quijote editado por la Academia de la Lengua en el IV Centenario; el mp3 me cuenta también en la oreja que es de la Roca. Yo personalmente, y para no liar mucho gazpacho (que ya va apeteciendo aquí por el sur), aprovecho la confusión del apellido para decir que son las dos cosas: Rosa y Roca.

Rosa, porque enamora a la joven boba con sus artes en el bien vestir careciendo de vestuario (sólo tres trajes que combinaba con magia, como buen ilusionista); porque arrancaba unos chirridos a una guitarra, que más se asemejaban a los maullidos de un gato crucificado al que restregaran una vara de zarza por la barriga (tomo la idea de Lorca: El Público).
Además de estas pericias, el tal de la Rosa, sabía encandilar al personal con el relato de sus muchas batallas en las que decía haber intervenido, y donde “había muerto más moros que tiene Marruecos y Túnez”. A don Cervantes parece que no le caían muy simpáticos los moros (si viviera ahora el Bienvestido de la Rosa, Zapatero se ahorraba crear la Alianza de Civilizaciones).

Todas las vanas habilidades que demostraba tener el Sr. de la Rosa, lo convierten en de la Roca, toda vez que la señorita Leandra cae rendida en sus brazos.
Muchas de las bellas mozas que en el mundo han sido, han caído rendidas en los brazos de los más villanos y rufianes jovenzuelos.
Esto sucedía en los tiempos de don Cervantes y continúa ocurriendo en los tiempos modernos. Me dice alguna fémina contemporánea que esto ocurre por el morbo que produce este tipo de individuos en las irreflexivas zagalas, y por el poderío que ejerce en el subconsciente de ellas con vistas a perpetuar la especie (dejémonos de eufemismos: que los prefieren como sementales).
Cervantes resume con las siguientes palabras, lo que podría parecer una misógina frase: “…la natural inclinación de las mujeres, que, por la mayor parte, suele ser desatinada y mal compuesta”.

La tal leandra se fuga con el bienvestido, y éste haciendo uso de lo que guardan sus negras vísceras, una vez que ya están ocultos en una cueva, le roba los dineros y las joyas, pero respeta el honor de la joven y no abusa de ella. No se entiende entonces por qué la deja medio desnuda, que es lo mismo que medio vestida pero suena más erótico lo primero.
Cervantes puede ser un viejo verde, pero no quiere demostrarlo. Bastante jaleo debía de tener en su propia casa, donde parece ser que hija, sobrinas y quizás alguna hermana, eran conocidas por las Cervantas, tal vez dignas sucesoras de María Magdalena, mítico-erótico personaje bíblico.
El padre de Leandra la recluye posteriormente en un convento, donde cree que ya no podrá probar el turrón.
Mientras tanto medio pueblo se echa al monte, fruto del desengaño por la tal Leandra, para dedicarse a la vida pastoril. Podrían recluirse en un monasterio y dedicarse a la vida contemplativa (quizás no cupieran todos), pero prefieren la naturaleza en su estado más puro donde hay sitio para todos; rodeados de inocentes cabrillas u ovejillas. Ora pastan aquí, ora pastan allá. Eso sí, sin parar de lamentarse a quejío limpio de su mala fortuna. Jeremías no recogió en su libro tantas lamentaciones como estos frustrados don Juanes emitían.

Sentencia el cabrero, ya al final del capítulo: “Y ésta fue la ocasión, señores, de las palabras y razones que dije a esta cabra cuando aquí llegué; que por ser hembra la tengo en poco, aunque es la mejor de todo mi apero.”

Parece ser que a Cervantes no le fue muy bien con el género femenino. No puede ocultar que le gustan las “chicas” jóvenes; pero parece que en su casa puede que tenga el infierno compuesto por mujeres………, tiene que ser dura, una vida así. Escribir es un buen consuelo y refugio.

REVULSIVA NOTA:

Este revulsivo comentario forma parte del grupo de lectura-locura colectiva de don Quijote de la Mácula, que desde el blog La Acequia coordina nuestro currante profesor Pedro Ojeda Escudero, a quien dios nos lo guarde muchos años libre de gripes (lagarto lagarto) y otras dolencias propias de su no muy avanzada edad. Amén…..

viernes, 1 de mayo de 2009

POSIBLE DEMORA EN CAP. QUIJOTE Y PRÓXIMO Nº DE ESPOLÓN A PUNTO

Antonio Aguilera dijo... en el blog La Acequia del profe P.O.E. (es cansado repetir que no es Edgar Allan):
Este cabrero se ha "echado al monte" y dedicado a la vida pastoril a causa de un desengaño amoroso; recurso que utiliza Cervantes tambièn para don Quijote, al final de la 2' parte, cuando el de la Triste Figura es vencido, retorna hacia la aldea y por el camino va pensando y compartiendo con Sancho que a partir de ese momento se dedicarìan a la vida `bucòlica y pastoril.
Oficio para "fracasados", entonces, èste de dedicarse al cuido del pequeño rumiante.
Habremos de plantearnoslo en serio, èsto de un retiro en el monte, alimentàndonos de queso y leche de cabra.

Pedro, esta semana lo llevo mal (estamos ultimando la puesta a punto del 3º Espolón, con éste seguro que ya nos encierran).
Aun no he empezado a leer el capìtulo. En caso de que no pueda imprimir esta semana, la que viene lo harè doblemente; coincidiendo con el final de la 1· parte. Amén



SALUDOS REVULSIVOS Y LATERALES.

PD.
Intentaré enviar un espolón a los mismos colegas que la vez anterior. Si alguien más quiere apuntarse a la lista, puede dejar su domicilio postal en comentarios o en mi gmail: anto.aguilera1961@gmail.com. Le enviaré gustosamente un ejemplar ¡Y DE BALDE!

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.