Mostrando entradas con la etiqueta Borges. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Borges. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de abril de 2011

SEXO EN “VIENE LA NOCHE”

"buscando algún método que no implique genitalidad porque Jaime y yo hace años que renunciamos a tener relaciones sexuales”. (Mírame pero no me toques)

Este último libro de la Trilogía no iba a librarse de la invasión sexual que se recoge en los dos primeros. Encontré algunas alusiones menos que en los otros, pero con ello, anoté citas de 17 páginas –aunque hay más- (22,33,35,78,66,79,82,105,109,112,123,125,149,189,191,228 y 233); y, si éstas me han parecido pocas…los dos libros anteriores pueden definirse como “entes decididamente sexuales”.

Destacaría la sexualidad del vetusto Benjamín (más imaginaria que real), que cuando el cuerpo le pide marcha, se va en busca de su sorda amiga Clarita, la cual le “comienza a hurgar en la bragueta. Juega con su pene que se queda a media erección, ganchudo, como sorprendido de verse al aire libre” (pág 82)

Luego está la sexualidad del asexuado Jaime, hijo de Benjamín –como ya sabemos- y conyugue “inactivo” de Sara –la rara…, u ostra según su suegro-. Aunque raritos sí que son los dos. Porque pretenden tener un hijo –según dice ella- “buscando algún método que no implique genitalidad porque Jaime y yo hace años que renunciamos a tener relaciones sexuales”. A continuación Jaime pone la guinda diciendo “Para Sara y para mí el sexo no es importante, todo lo contrario: nos violenta, nos repugna. Lo sabíamos antes de casarnos…” (Pág 191)
Yo pensaba que, a partir de esta página, el autor iba a convertir a Jaime en su alter ego. Pero mi imaginación quiso ir más allá que lo que el autor tenía pensado darnos. Imaginaba cómo Esquivias iba a crear todo un mundo argumental para trasmitirnos el caso de un hombre homosexual que convive con una mujer. Ella, perfectamente, podía ser lesbiana. Podía haber dado mucho juego la historia de un matrimonio entre un gay y una lesbiana…; sí, mi imaginación fue mucho más allá, pero Esquivias no quiso darme el gusto.

Finalmente encontré una frase en la que el autor, muy solapadamente, declara su homosexualidad. Sara compra como regalo de Navidad un par de libros a su suegro, Benjamín. Se los prepara “Su amiga Mila (…) tiene un novio al que visita todos sus días libres, y este chico, a su vez, conoce a un primo o amigo o vecino o novio del autor, y había conseguido su firma” (pág 69: ¿no es mucha casualidad que desvele su inclinación en esta página?)
 Esquivias ha conseguido una muy sutil forma de decir que tiene novio.

Nota Revulsiva:

Este comentario pertenece al Cub de Lectura de La Acequia, dirigido por el Profesor Pedro Ojeda Escudero; a quien dios quiera aconsejar no nos recete leer otros tres libros en un trimestre.
Seguiremos con Bécquer, pero al mismo tiempo debo movilizar de sus estantes algunos ejemplares de Borges (Para un Foro en Priego, en Mayo. Borges me pone cardiaco)

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.