Aunque lo de "Sancho Masocaaa..,", depende de la compañia...
Comentario que pertenece a la Red de Coemntarios Quijotescos que, desde su blog la acequia dirige el profesor Pedro Ojeda Escudero.
Iba el vencido y “avereado” don Quijote con una mezcla de alegría y pesadumbre. Triste por haber sido vencido y alegre por haber descubierto en su escudero un santo curandero, que por pago de “la voluntad”, o media docena de camisas, movía montañas. Sancho iba triste porque las camisas prometidas por Altisidora no las iba a lucir su frágil cuerpo serrano (discúlpeseme el oxímoron).
Sancho se lamenta por ser “el más desgraciado médico que debe de haber en el mundo”; donde hay “físicos” -médicos- que se “cargan” al paciente, por error en su diagnóstico o por la prescripción de medicación inadecuada y, a pesar de ello, cobran sus abultados honorarios. Sancho, nuestro nuevo y singular galeno, decide que le han de untar las manos o engrasar el gaznate antes de asistir al siguiente enfermo o fallecido; que él lo mismo trata a vivos que a muertos.
Al escuchar don Quijote hablar a su escudero sobre las nuevas tarifas que iba a aplicar en lo sucesivo por los servicios a prestar, le dijo que pusiese precio a los azotes pendientes para el desencantamiento de Dulcinea: a cuartillo de real el azote, acordaron el amo y su mozo, a quien se le abrieron los ojos un palmo, accediendo de muy buena gana. En la forma de pago no hubo desacuerdo: “azótate luego y págate de contado y de tu propia mano, pues tienes dineros míos” le propuso don Quijote al sujeto pasivo (por lo que se verá más adelante) por azotar.
“Llegó la noche esperada de don Quijote con la mayor ansia del mundo, pareciéndole que las ruedas del carro de Apolo habían quebrado”, cenaron tendidos sobre la verde hierba (su color natural) y, sin esperar Sancho a hacer la digestión, “artesanó” un látigo con el cabestro y la jáquima del rucio. Con el tal instrumento torturador se adentró hasta veinte pasos entre unas hayas donde comenzó a flagelarse. Cuando llevaba ocho azotes le pareció muy pesada la burla y el precio por ella muy barato.
-”Prosigue, Sancho amigo, y no desmayes, le dijo don Quijote, que yo doblo la parada del precio.
-“Dese modo -dijo Sancho- ¡a la mano de Dios, y lluevan azotes!
Entonces el muy bribón empezó a azotar a las hayas que le rodeaban, dando unos suspiros que parecía que por ellos se le “escapaba el alma”. Se alarmó don Quijote, pues ya había contado más de mil azotes, y le dijo a Sancho que se tomara el asunto con más reposo, ya que “Zamora no se ganó en una hora”.
Pero a mí me parece que don Quijote temía que Sancho se infringiese tanto daño con aquellos apresurados azotes, que pereciera en el intento; o, se hiriera de gravedad, sin poder ultimar aquel “negocio”: y quedara Dulcinea encantada por los siglos de los siglos.
Salió de nuevo el sol, otra mañana, como hacía milenios que tenía costumbre, y nuestros personajes siguieron su camino. Llegaron a un mesón, que don Quijote no tomó por castillo (mala señal, al dejar de soñar algunos suelen morirse). Se alojaron en una habitación cuyas paredes estaban decoradas con unas pinturas de mala calidad, que parecía las hubiera hecho un pintor como Orbaneja, pintor de Úbeda que cuando le preguntaban qué pintaba contestaba “lo que saliere”. Si pintaba un gallo, escribía debajo “este es gallo, porque no pensasen que era zorra.
Don Quijote le dijo a Sancho que tan malo como el pintor de esas “sargas” debía ser el autor del “falso Quijote”, pues su historia no tenía ni pies ni cabeza.
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El tal de Avellaneda dejó en nuestro ilustre Manco de Lepanto una huella indeleble, no era para menos la "charraná" que le hizo el colega aragonés.
Nota Revulsiva:
Los negocios se alargan (complican) y los días de acortan, y aunque sigo aqui al pie del cañon algunos ratos los fines de semana, no estoy nada satisfecho por no poder atender, como debiera, lo que escriben los demas colegas de la red quijotesca.
Hilar el siguiente Nº de El Espolón me trae de cabeza; ahí andan las colaboraciones desperdigadas pendientes de hilbanar, y que Ojito Saltón las vaya maquetando. AY! este Ojito, qué berrinches me hace pasar: "s´tá siempre escaqueao".
11 comentarios:
Sancho no es masoca y se lía a palos con las hayas. Don Quijote tiene remordimientos, igual se le va la vida con tanta disciplina...Y Sancho, que ya ha calculado lo qe cae, quiere seguir arreando árboles. Mire que lo hago por mi mujer y los niños...qué morro.
Tú tranquilo que lo primero es lo primero. Sigues al pie del cañón, que no es poco.
Un abrazo
Sancho se aprovecha de las circunstancias, ha sacado poco provecho hasta ahora, y, ¡está tan cerca de casa!
La necesidad te hace ser inteligente y desplegar dotes de actor, de no ser así, el pobre Sancho hubiera acabado como un cristo en 3 autolatigazos.
No hay cosa más difícil que compaginar trabajo con lectura de placer, es por ello q la dejo un poco en suspense hasta las vacaciones, porque de adentrarme en páginas que me entusiasmen y por tanto q capten mi interés, desatiendo lo demás porque la lectura me abduce.
Ánimo, Antonio! tu puedes!
Muy tonto hubiera sido nuestro Sancho si se llega a azotar sus tiernas carnes. Nos viene demostrando una y otra vez, que no tiene ni un pelo de tonto.
Por cierto, el enlace de "la charraná" creo que está mal, me lleva otra vez a los curanderos , y teniendo en cuenta que Sancho no se ha dado los azotes, tanto curandero no necesitara, ¿no?
Besos, y no te agobies por tu retraso. Ya ves que algunas vamos peor que tú.
Tranquilo, antonio.
Hay que llevarle los garbanzos a la parienta.
Son prioridades.
Como siempre, buen anàlisis.
Un abrazo.
Es que Sancho no puede volver a la aldea sin "parné" porque entonces sí que la pastora Teresona le flagela con la escoba... Besotes, M.
Sancho lo que es ....es un listillo, creo que la confianza da asco, y ya le ha tomado la medida a su señor...ya sabemos que siempre fue un mentiroso y ahora quiere sacar partido...aunque yo no se quien engaña a quien...salud
Sancho se merece la minuta con mucha más razón que un médico. Según su manera de pesar, el es capaz de resucitar a los que el galeno mandó al otro barrio.
Tu sabes bien que la yerba verde la catamos sólo cuando el padre de los planetas deja de achicharrar, que cada vez es menos periodo de tiempo, sobre todo de Despeñaperros pabajo.
Sancho le hizo buena charraná (parece que tiene que ver con charro): el que quiera enamorar novias propias que se azote él mismo. Le saca los cuartos con el dolor de los árboles.
Es buena señal que las horas se alarguen en los negocios.
Un abrazo.
Tranquilo Antonio, lo primero es lo primero. No te preocupes.
Un abrazo...!
Me parece muy bien que Sancho no quiera ser masoca, ¿quién querría?
Y no te precupes, tiempo al tiempo...
Besos
No te preocupes, sigue dándonos muestras de tu ingenio como en esta entrada. En efecto, Sancho no nació para sufrir y menos por su propia voluntad...
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