viernes, 20 de noviembre de 2009

COMENTARIO AL CAP. (2) 24


Dostoievski crea una suerte de don Quijote: el principe Mishkin, de su novela "El Idiota". Para el autor ruso, don Quijote, el principe Mishkin y Jesucristo son personajes que vivieron al limite: otra cosa no sería vivir.

CAP. (2) 24

Después del despliegue de imaginación, que hemos constatado en el episodio de la Cueva de Montesinos y de los varios “primos”, tal vez haya sido mal empleado tanto ingenio, toda vez que ahora el “Berenjeno” dice en uno de los márgenes de los pliegos que extraña aquella estrafalaria historia, que él da casi por seguro que es apócrifa. Afirma que don Quijote, momentos antes de morir, realizó apostasía de ella. (Pues a ver si se ponen de acuerdo de una vez. ¡Que vaya lío que nos tienen: entre escritor, traductor, verdadero autor, editor y la madre que los parió!!!.

El primo dice a don Quijote que él se da por satisfecho porque se “ha granjeado cuatro cosas”. A saber: Haber tenido conocimiento de primera mano de nuestro caballero, lo que le proporciona gran felicidad (se hartaría de reír, el tío); aprender qué otra cantidad de locos contenía la cueva (buen lugar para ubicar un centro para el tratamiento de frenopatías: un manicomio, vamos); la datación del juego de los naipes, para no sé qué libro sobre la invención de antigüedades (los libros de erudición inútil, que ya mencionamos: como el “Tratamiento eficaz en la disentería hemorrágica de los galácticos”, o - para que nos entendamos-, tratamiento de la diarrea, muchas veces cerebral, de algunas estrellas del firmamento nacional; y finalmente haber aprendido el nacimiento del río Guadiana (menos mal que aprendió algo de provecho).

A la pregunta de don Quijote de, a quién dedicaría sus inestimables libros, el primo contestóle que “Señores y grandes hay en España”; a lo que don Quijote contestó que:

” No muchos; y no porque no lo merezcan, sino que no quieren admitirlos, por no obligarse a la satisfación que parece se debe al trabajo y cortesía de sus autores. Un príncipe conozco yo que puede suplir la falta de los demás…”.

Cervantes no deja pasar la ocasión para lanzarle un dardo al Duque de Béjar, a quién dedicó la 1ª parte del Quijote, pero quien no levantó un dedo por llenar la despensa de Cervantes de buenas ristras de chorizo, ni su leñera de buenos maderos con los que evitar los tiritones de frío mientras escribía ésta 2ª parte que ahora nosotros, calentitos, leemos. Visto lo cual, esta segunda parte se la dedica al Conde de Lemos; no pudimos constatar si este Conde le quitó el frío a nuestro autor, porque se nos murió pronto después de publicarla.

Y así conversando, decidieron dirigirse, por indicación del primo, a una ermita próxima para pasar la noche.

–Allí encontraremos buen vino –dijo el primo- y, además, disponen de un buen corral lleno de lustrosas y redondas gallinas. En escuchando Sancho estas avícolas palabras, gritó: ¡Viva el género “gallineril”, la polluela y la pollica, que a cual está más rica!!. Pero no hubo vino ni gallino alguno, porque el ermitaño estaba ausente; agua fresca les ofreció la beata o “querindonga” de la ermita, que otra cosa no había.

 “-Si yo la tuviera de agua -respondió Sancho-, pozos hay en el camino, donde la hubiera satisfecho. ¡Ah bodas de Camacho y abundancia de la casa de don Diego, y cuántas veces os tengo de echar menos! “

Dirigiéronse, entonces, hacia una venta que por allí había. Por el camino se hayan con un hombre que conduce un macho cargado de lanzas. Don Quijote, como siempre, pretende acosarlo con interminables preguntas, pero el de las lanzas le dice que lleva prisa, y que si van para la venta allí le contará lo que hiciese falta (y es que este don Quijote no se calla ni debajo agua).
Poco después se topan con “un mancebito” que viene cantando una seguidilla, con la espada al hombro y un hatillo de ropa atado en la punta. Don Quijote le dijo:

“-Muy a la ligera camina vuesa merced, señor galán. Y ¿adónde bueno? Sepamos, si es que gusta decirlo.
 A lo que el mozo respondió:
-El caminar tan a la ligera lo causa el calor y la pobreza, y el adónde voy es a la guerra.
 -¿Cómo la pobreza? -preguntó don Quijote-; que por el calor bien puede ser.

El mozo llevaba en el hatillo una muda nueva de repuesto, para cuando llegase a una ciudad o cuando se terciara (Pobre pero limpio el muchacho). El mocito va con intención de alistarse en una compañía de infantería. Una forma de ganarse la vida, ésta de las armas, muchos jóvenes de antaño lo hacían; hogaño aún hay un buen repertorio de mozalbetes que lo hacen. Vuelve Cervantes a su recurrente tema sobre la dualidad armas y letras. Se nota que se inclina por las armas, aunque a él le fue mejor, tardíamente, en las letras:

“porque no hay otra cosa en la tierra más honrada ni de más provecho que servir a Dios, primeramente, y luego, a su rey y señor natural, especialmente en el ejercicio de las armas, por las cuales se alcanzan, si no más riquezas, a lo menos, más honra que por las letras, como yo tengo dicho muchas veces; puesto que han fundado más mayorazgos las letras que las armas”.

 Es una lástima que los soldados, cuando llegan a viejos, se encuentren lisiados y sin protección social: es la idea autobiográfica, cargada de resentimiento, que Cervantes desarrolla en las siguientes frases:

 ” y que si la vejez os coge en este honroso ejercicio, aunque sea lleno de heridas y estropeado o cojo, a lo menos no os podrá coger sin honra, y tal, que no os la podrá menoscabar la pobreza; cuanto más, que ya se va dando orden cómo se entretengan y remedien los soldados viejos y estropeados, porque no es bien que se haga con ellos lo que suelen hacer los que ahorran y dan libertad a sus negros cuando ya son viejos y no pueden servir, y, echándolos de casa con título de libres, los hacen esclavos de la hambre, de quien no piensan ahorrarse sino con la muerte.”

Finalmente llegan a la venta, encauzan las bestias hacia las caballerizas,”reservando a Rocinante el mejor pesebre y el mejor lugar de la caballeriza” (el flaco rocín pronto dejará de estarlo, porque, como su amo, ya empieza a comer pan a manteles: hospedaje casa del Lechuga, bodas de Camacho, los tres días en casa de los novios de las Bodas de Sangre “tomateras”.

REVULSIVA NOTA:

Este comentario pertenece a la red de comentarios quijotescos que, desde su blog La Acequia ,nos dirije y soporta, el ahora màs fuerte,  profesor Pedro Ojeda Escudero

15 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Antonio, como siempre, leerte es un lujo.
Felicitaciones!!

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Cada vez me gustan más tus analisis, querido Antonio, destilan una inteligente y fina ironia que es, sencillamente, deliciosa...!

Un enorme abrazo y feliz fin de semana.

MariaJU dijo...

Contesto a tus amables palabras a este lado, al pie de tus nuevas impresiones sobre el capítulo q corresponde: jamás se pierde el tiempo cuando es dedicado al ocio de leer o escuchar a la gente a la q admiras, como es el caso, es más, ese tiempo se hace más preciado aún por dejarlo adornado tal q así, con lo gratificante de una tertulia o lectura q surge en torno a afinidades comunes.

Delicioso comentario lleno de chispa e ingenio, hilarante en tus ocurrencias: ..."Tratamiento eficaz en la disentería hemorrágica de los galácticos”, o - para que nos entendamos-, tratamiento de la diarrea, muchas veces cerebral, de algunas estrellas del firmamento nacional...

en fin, de nuevo rendida, aquí y ahora, mi gratitud por ese tiempo q dedicas amablemente a compartir tus siempre acertadas y bien engarzadas impresiones.

saludos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Bodas de sangre... falsa, que Cervantes se despeña por la ironía y deja con un palmo de narices al rico para que triunfe el amor. Como debe ser.
Bien vistos todos los pormenores.

Merche Pallarés dijo...

Como siempre, tronchante y genial. Tambien estoy de acuerdo con el párrafo que comenta Lisistrata. Besotes quijotescos, M.

pancho dijo...

Cervantes deja que sean los personajes y los lectores los que intervengan en la ficción de la novela. Muchos de ahora que se creen modernos no saben que ya C estaba harto a hacerlo en el XVII. Debería ser obligatorio que todos los novelistas leyeran antes el Quijote para aprender.

La baraja ha quitado muchos ratos de aburrimiento, pero a la gente le importta un rábano quién la inventó.

Cuando habla de los veteranos sabía de lo que hablaba, lo estaba sufriendo.

Trata bien a Rocinante porque le va exigir más de lo normal en el futuro: hay que estar en forma para la acción que se aproxima.

Excelente análisis, coincido contigo en tus apreciaciones.

Un abrazo

Martine dijo...

¡No te dejas absolumente nada y encima nos lo relatas con un desparjajo genial!
Fántastico y desternillante Post, Antonio..
Y guapísimo en la foto!
Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Vuelvo y veo la foto. ¿Estaba antes? Oportuna.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Amigo...que guasa "pare"!!!... Don Miguel dentro de la independencia que parece ser que quería respecto a los mecenas...se acercaba al árbol que mejor le cobijaba...pero ¡ay¡, el muy picarón quería tener una buena relación con la corte...y el Bejar duros tenía pero no estaba bien visto por la Corona...pero el de Lemos...ese si que intrigaba...

Te veo relajadillo, peaso entrada...me salia humo de la ruedecilla del ratón...cuasi un callo tengo en el dedo...un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Yo tampoco había visto la foto antes. Estás muy guapetón con tu Dostoievski... Besotes de nuevo, M.

pancho dijo...

Esta pose Dostoievskiana, en hierática posición, tiene mucha guasa. El hule en la mesa, como debe ser.
Si el D... decía eso, era un hombre sabio.

Un abrazo engarañao, que en Rusia dicen que hace mucho frío, aunque con el cambio climático ya no se puede estar seguro de nada.

El Ente dijo...

Esto no es un analisis Antonio!!! esto es una obra de arte!!!

UN FUERTO ABRAZO AMIGO DISFRUTA DEL FINDE

Abejita de la Vega dijo...

No te veo yo de ruso.
Peazo entrada, como dice Manuel.Enhorabuena,te ha quedado bordada.

Cervantes pinta con ternura al jovencito que va a la guerra, cantando seguidillas para espantar el miedo, con la ropilla guardada par no gastarla. Se ve a si mismo, con unos años menos. Pero hay que ver qué ánimos le da don Quijote, en su arenga : muerte, heridas, vejez mísera...
Las gallinas de Palacios dicen que ya se han hecho castellanas, a pesar de su americanidad e hibridez.

Un abrazo

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...

También a mi me llegó al alma la amargura volcada en ese párrafo que señalas, sobre los soldados y el poco cuidado y reconocimiento en la vejez, luego de toda una vida de servicio y dedicación a la Patria.

Buena Foto, Besos

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.