sábado, 15 de enero de 2011

Sexualidad en "Inquietud en el paraíso” (II)

                                                     Rodrigo es seminarsita en Burgos
En mi entrada anterior, algunos comentaristas han opinado que, con los datos que se ofrecen en la novela, es muy arriesgado asegurar que Rodrigo –cual alter ego de Esquivias- es homosexual. Para mí, aunque mi condición sea hetero, no me es ajeno el mundo, la sensibilidad y la creatividad gay. Y no sólo por el conocimiento de algunas de sus obras (de Lorca lo he leído casi todo); puedo también mencionar a Cernuda, Aleixandre, Oscar Wilde; algo de Proust. Sé que sería larga la lista de escritores homosexuales, pero a mí me bastan con los que conozco para “arriesgarme” a asegurar que, en la mayoría de los casos, el universo creado por el artista homosexual es fácilmente diferenciable al creado por el hetero, y que mi opinión personal es que el tanto por ciento mayor, dentro de las obras de arte, procede de creadores gays, extensible a otros que podemos denominar “diferentes”, o hay quien les dice “raros”.

Será casualidad, pero en mi ámbito local, dentro de mis allegados y amigos creadores, la mayoría son gays. Por todo ello puedo decir que su obra me es cercana y reconocible sin dudar mucho. Su sensibilidad es diferente (no son ni más ni menos sensibles) y su obra es fruto de su particular parto, es su descendencia: sus obras son sus hijos. Pero como cualquier humano puedo errar en lo más evidente y no acertar (tampoco importa tanto) en si el creador es de una u otra condición sexual. Sólo digo que es diferente y me es cercano.

Óscar Esquivias plaga toda la novela de referencias con contenido sexual. En otras ocasiones es menos explícito pero, cuando se lo propone, derrama abundante sensualidad.

Hablando de Rodrigo, nos dice el autor en la Pág. 108: Y, lo mismo que era capaz de admirar su cuerpo en el espejo como si fuera de otro y excitarse con él… (Si el varón que se excita observando otro cuerpo masculino no es homosexual, que venga dios y lo vea. La imagen que monté en mi entrada anterior, del hermafrodita que se excita mirándose en el espejo, pertenecería a este texto, pero con las prisas erré)

Pág. 111 En ella el autor dice sobre Rodrigo y su entrada en el seminario: Era feliz porque sabía que aquélla había sido su única oportunidad de escapar del pueblo, de estudiar, de poder dedicarse a la música, de estar cerca de la poesía y de Dios, de evitar el matrimonio y los negocios familiares. (Si para Rodrigo es un alivio evitar el matrimonio, tal vez por su condición antes descrita, no creo que todos los heteros piensen igual; aunque estos convencionalismos sociales…)

Pág. 161 Julián y su sobrino Román tocan a la puerta de la casa del fabricante de zapatillas Dorronsoro, la criada abre la puerta y va a avisar al industrial, mientras una bocanada de aire abre por completo la puerta de la casa “mostrando el inmenso zaguán repleto de muebles, espejos y la gran escultura de un zulú desnudo, con su lanza amenazante” (me abstengo de opinar, no quiero hacer un chiste fácil)

Pág. 162 Como continuación a la escena anterior, entra en escena Pilar, hermana de Perfecto Dorronsoro, pensando que Julián y su sobrino son lecheros, familiares de una querida con quien su hermano se las entiende. Don Perfecto defiende el amor entre personas de distinta clase social; pero su hermana Pilar estalla: “ –Yo no le recrimino nada a tu corazón . Me preocupan más las nobles pasiones de tu… de tu… de tu `polla. Aquello sonó como una explosión y todos quedaron paralizados. Que doña Pilar dijera “polla” era algo inaudito. (…) Costaba imaginar que hubiera visto nunca un hombre sin chaqueta y corbata y que supiera lo que escondían los varones debajo del calzoncillo. Pero doña Pilar dijo “polla” y entonces sólo cabía esperar que se rasgara el velo del templo y un terremoto destruyera Burgos. Sin embargo, no pasó nada” (¿cómo le contaría en confesión doña Pilar al cura que esta “escandalosa” palabra había salido de su boca? ¡Qué vergüenza!)

Pág 172 Rodrigo visita a Antonio José, maestro de música, para solicitarle clases particulares. El narrador nos ofrece unos fragmentos de inusitada sensualidad. Dice de Antonio José: “Tenía los labios muy finos y los humedecía de continuo con la punta de la lengua; a veces los fruncía de repente, como si le viniera la tentación de besar a la persona con la que hablaba y se reprimiera de hacerlo y dejara el beso en el aire (…) Había algo más que emanaba de su persona, una especie de sensualidad oscura que Rodrigo percibió en seguida. Sí, Antonio José olía también a sexo solitario y, más que eso, a sexo robado de las miradas y las caricias de los demás. (…) Había en él una disponibilidad casi absoluta, la de esas personas que parecen implorar continuamente con la mirada que las desnuden y las acaricien. (…) Estaba seguro de que si le pidiera que le besara, aquel hombre lo haría. Depositó el vaso en la bandeja y dijo: - ¿Cuándo podemos empezar entonces? - Empezar ¿a qué? -Las clases. - ¡Ah, las clases!

¿En qué otra cosa estaría Rodrigo pensando? ¿A qué sexualidad oscura de Antonio José se refiere Esquivias?. En el fragmento se vislumbra una magnífica sintonía entre Rodrigo y Antonio José; me atrevería a decir que se produjo un flechazo entre ellos. No se puede ir más allá en una sensualidad que merodea en busca de sexo.

Nota Revulsiva:
Voy algo retrasadillo, me quedan unas 100 páginas por leer. Espero completar esta serie el sábado próximo.

15 comentarios:

Martine dijo...

Me gusta el personaje de Rodrigo, muchísimo. Es testigo de los acontecimientos pero queda indemne en todos los sentidos..

Estoy encantada de haber descubierto a este Autor, hasta he comprado "Pampanitos verdes"..

Gracias por tu visión de "Inquietud.." Antonio..Es latente la sexualidad en todas sus vertientes.. ¡a por las últimas 100 páginas, enga! ;)

Un abrazo.

pancho dijo...

El tema de la sexualidad en los seminarios ha sido tabú de siempre, ahora ya no lo es porque apenas quedan y porque el ser homosexual ya se ve como algo dentro de la normalidad.

Uno de los mejores pasajes de la novela es la entrevista de Rodrigo con el músico Antonio José, allí la atracción entre los dos es evidente, pero hay mucho más que eso en el diálogo.

Mientras el zulú no sea disecado...

No sabía nada de la condición de Aleixandre, ahora comprendo algunas cosas.

Un abrazo.

Myriam dijo...

Antonio querido: ¡Qué buen trabajo has hecho en ambas entradas! Me parecen muy bien traidos los puntos que señalas y lo que has expuesto hasta aquí basta para concluir que el personaje Rodrigo es homosexual.

Ahora, con respecto a la orientación sexual del escritor, personalmente creo que le compete a su esfera íntima, a menos que él hable explicitamente de ella.

Un fuerte abrazo

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Estoy contigo amigo, cada cual es como es y eso es respetable, y debe ser respetado y por supuesto tolerado.

Salud y república ( que es lo que pega)

Asun dijo...

Sí que hay muchos guiños a la sexualidad en la obra.

Yo creo que es más que evidente que a Rodrigo le gustan los hombres, a mi me lo pareció desde el principio. Además todos esos párrafos que destacas lo muestran.

Doña Pilar Dorronsoro seguro que después de esa se lavó la boca con jabón :-D :-D :-D

Besos

Merche Pallarés dijo...

Excelente tu visión homo-erótica de la novela y es verdad. También me di cuenta enseguida. Me ha gustado mucho el personaje de Antonio José (aún no lo he incluido en mi ristra de personajes... Llegará.) Lo del zulú y su lanza también tiene su miga...je,je... Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hay muchas formas de sexualidad en el libro. A mí, lo que me extraña es encontrar novelas enteras en las que no haya ninguna alusión al sexo.
¡A trabajar, que comenzamos pronto con el segundo volumen!

Paco Cuesta dijo...

Tambien puede ser una forma de señalar la lucha interna de un hombre-seminarista al que le imponen algunas condiciones que realmente nada tienen que ver con la dedicación a los demás.

Abejita de la Vega dijo...

Ahora sí lo veo claro. Atraviesa el puente, pasa al Espoloncillo, al que llamaban , la parecer, "El paseo de los Chicos". Por cierto, que yo nunca he oído a nadie llamarlo así y me parece un sitio muy poco adecuado para aventuras sexuales, igual entonces...

Lo prohibido le atrae, ve una sombra humana y la luz de un mechero. Pero no se atreve y huye de sí mismo.

Así lo he puesto, en mi paseo entre la niebla. También me acuerdo, ahora, de lo que le dice, al seminarista, el poeta Ontañón: qué suerte tienes, que no te gustan las mujeres. Y se queda preocupado, en qué lo habrá notado don Eduardo.

Mea culpa, no reparé en la homosexualidad de Rodrigo.

En cuanto a lo de la creatividad, creo que puede ser tan creativo, y tan sensible, un heterosexual como un homosexual.

Diste en el clavo con Rodrigo, que es un personaje que me encanta.

Besos

matrioska_verde dijo...

ahora sí ya lo veo todo más claro... pero mucho más.

no tuve duda alguna en la homosexualidad de Antonio José, ahí sí que estaba cantado pero lo de Rodrigo hasta que me lo has hecho notar pues nada.

cuando lo leí, me hizo mucha gracia el párrafo de la "polla" porque en aquel entonces tuvo que ser la repera oir semejante palabro.

muy buenas entradas, en serio.

biquiños,

El Gaucho Santillán dijo...

Parece un escritor interesante.

Un abrazo, Antonio.

Mª Antonia dijo...

Hola Antonio:
Veo que te has enfrascado en una nueva lectura. Parece muy interesante por lo que comentas.
Un abrazo.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Querido amigo Antonio.

Sin tiempo para leerte, solo para mandarte, rapidamente, un fuerte abrazo. Espero incorporarme pronto a la lectura, sigo hasta arriba.

Un fuerte abrazo.

Ele Bergón dijo...

Nunca he dudado de la homoxesualidad de Rodrigo y de Antonio Jose y estos dos personajes me fascinan.

Un abrazo.

Luz

Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Aguilera,
Agradezco sus extractados párrafos de ‘Inquietud en el Paraíso’ con los cuales podré argumentar con más criterio, ya que por el momento no leeré más que un capítulo.

Puede ser, que lo que Usted dice sea, pero a mi modo de ver y por las pruebas circunstanciales que aporta, ninguna determina una tendencia sexual en exclusiva de Rodrigo.

Digo esto, porque todos los párrafos que ofrecen indicios de la sexualidad del joven, los debemos valorar en su contexto, véase según mi idea:
Es un hombre sexualmente adolescente, castrado mentalmente por su condición de seminarista, que lo sexual hasta el momento le viene dado en su condición física de macho cuando se despierta duro, y es con su masculinidad donde en su mente se masturba y en su conocimiento físico del cuerpo se frota, pues él es hombre, y los hombres le rodean como imitable referente.
Son sus pulsiones sexuales evidentes, pero son hormonales y normales.

No creo, que lo que se lee sea incompatible con un futuro deseo por el sexo femenino de Rodrigo, al contrario se comporta igual que un niño, más interesado por el tamaño de las colas y su erección incalculable en aquel negro africano de la lanza.

Porque suele resultar que en la adolescencia los chavales están más obsesionados comparativamente con sus rabos y por el cómo, cuándo y cuántas veces echan; que por las niñas, y según recuerdo en los estadios de autoconocimiento sexual, generalmente nos importaban las niñas un pimiento, además la mayoría compartíamos los descubrimientos sexuales entre amigos y de ellas solo resultaba curioso, aquellas teticas que les crecían a lo largo de los años, nada por otro lado sorpresivo ni excitante.

Respecto a la sexualidad de cualquier escritor (hetero, homosexual o hermafrodita) y como ésta condición pueda influir en su obra, seguramente influye no lo dudo, pero si justamente ofrece algo la escritura al escritor es travestirse en personajes y vivir experiencias en cualquiera de los sexos reconocidos, sin excluir la sexualidad de animales, de aliens o de máquinas, que sobre todo eso y más se ha escrito, se ha pajeado y se ha explorado.

Y si su teoría fuese cierta y para escribir diferente hay que ser homo, pues haremos un esfuerzo en el futuro, que nada excluyo hasta que me llegue la hora de ver mi mausoleo erecto y yo con él.
Un besazo y Suyo, Z+-----

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.