
RACIONALISMO
Cuando el filósofo racionalista del siglo XVII Gottfried Wilheim Leibniz dijo, en una frase que se ha hecho famosa, <<Éste es el mejor de los mundos posibles>>, se expuso al más bochornosos de los ridículos. Sus ecos se hicieron notar a partir de los inicios del siglo siguiente con Cándido, la novela de Voltaire sobre un joven bueno (Cándido) y su mentor filosófico, el señor Panglós (la versión volteriana de Leibniz). En sus viajes, el joven Cándido se tropieza con inundaciones, ejecuciones injustas, epidemias y un terremoto inspirado en el que asoló Lisboa en 1755. Nada, sin embargo, quiebra la insistencia del doctor Panglós en que “Todo es lo mejor en lo mejor de los mundos”. Cuando Cándido se propone salvar a Jacques, el anabaptista holandés, que se está ahogando, Panglós le detiene, probándole que la bahía lisboeta había sido “concebida expresamente para que los anabaptistas se ahogaran en ella”.
Dos siglos después, el musical que Leonard Bernstein estrenó en 1956, Cándido, se sumaba a la burla. La canción más conocida del musical, “El mejor de los mundos posibles” hace que Panglós y el resto de los personajes canten la letra de Richard Wilbur en la que se elogia la guerra como una bendición indirecta, porque nos unifica a todos, en tanto que víctimas.
Terry Southern y Mason Hoffenberg se unieron a la diversión con su versión obscena: Candy, una jovencita inocente que, pese a que todos los hombres con los que se cruza se aprovechan de ella, sigue siendo ingenua y optimista. En 1964 se realizó una versión cinematográfica con un reparto trufado de estrellas, entre las que destacaba el filósofo Ringo Starr.
TRES VISIONES SOBRE EL FAMOSO CASO DEL VASO DE AGUA:
- El optimista dice: “El vaso está medio lleno”.
- El pesimista dice: “El vaso está medio vacío”.
- El racionalista dice: “Este vaso es el doble de grande de lo que debería ser”.
Claro como el agua, ¿verdad?
Cuando el filósofo racionalista del siglo XVII Gottfried Wilheim Leibniz dijo, en una frase que se ha hecho famosa, <<Éste es el mejor de los mundos posibles>>, se expuso al más bochornosos de los ridículos. Sus ecos se hicieron notar a partir de los inicios del siglo siguiente con Cándido, la novela de Voltaire sobre un joven bueno (Cándido) y su mentor filosófico, el señor Panglós (la versión volteriana de Leibniz). En sus viajes, el joven Cándido se tropieza con inundaciones, ejecuciones injustas, epidemias y un terremoto inspirado en el que asoló Lisboa en 1755. Nada, sin embargo, quiebra la insistencia del doctor Panglós en que “Todo es lo mejor en lo mejor de los mundos”. Cuando Cándido se propone salvar a Jacques, el anabaptista holandés, que se está ahogando, Panglós le detiene, probándole que la bahía lisboeta había sido “concebida expresamente para que los anabaptistas se ahogaran en ella”.
Dos siglos después, el musical que Leonard Bernstein estrenó en 1956, Cándido, se sumaba a la burla. La canción más conocida del musical, “El mejor de los mundos posibles” hace que Panglós y el resto de los personajes canten la letra de Richard Wilbur en la que se elogia la guerra como una bendición indirecta, porque nos unifica a todos, en tanto que víctimas.
Terry Southern y Mason Hoffenberg se unieron a la diversión con su versión obscena: Candy, una jovencita inocente que, pese a que todos los hombres con los que se cruza se aprovechan de ella, sigue siendo ingenua y optimista. En 1964 se realizó una versión cinematográfica con un reparto trufado de estrellas, entre las que destacaba el filósofo Ringo Starr.
TRES VISIONES SOBRE EL FAMOSO CASO DEL VASO DE AGUA:
- El optimista dice: “El vaso está medio lleno”.
- El pesimista dice: “El vaso está medio vacío”.
- El racionalista dice: “Este vaso es el doble de grande de lo que debería ser”.
Claro como el agua, ¿verdad?