Hasta que cumplí los catorce años (o sea, hasta 1975 -por cierto: gracioso año en que “cascó la cebolleta” El Generalí¬simo), cuando alguien me preguntaba qué quería ser de mayor, yo le respondí¬a: pues de mayor quiero ser médico, o mejor veterinario, o quizás sea quí¬mico, o biólogo etc; concretando, alguna profesión relacionada con las Ciencias.
Durante mis primeros años de adolescencia, tuve la suerte (o tal vez no la tuve) de ser alumno de un maestro que enseñaba Ciencias Naturales con pasión; de tal forma que me contagió a mí¬ del citado sentimiento.
Pero, un buen día (o tal vez no fuera tan bueno) escuché a mi maestro de Ciencias charlando con el cura que nos impartía (que nos partía algo por dentro) religión en el colegio, en 7ºde E.G.B.
Hablaban algo sobre un tal Bertrand Russell (personaje completamente desconocido para mí entonces) y sobre la existencia o no existencia de dios (no sé por qué a veces escribo Dios con mayúscula y otras veces con minúscula, tal vez para que no pongan mala cara mis amigos creyentes).
Yo, hasta los 15 años, fui seminarista. Después, la falta de respuestas “razonables” por parte de la Iglesia, a mis preguntas existenciales, hicieron que me apartara del grupo eclesiástico. También constaté que nada tenía que ver El Evangelio con el testimonio de la Iglesia Católica; a partir de esta premisa mi pensamiento derivó hacia ideas marxistas, las cuales van más acordes con el mensaje del Evangelio (pensaba que para ayudar a los demás no hací¬a falta creer en ningún dios; al contrario: creerlo y querer hacer proselitismo con estas ideas me parecía, en todo caso, un inconveniente y una puesta en escena ridícula.
Disculpad que os entretenga con estas divagaciones, pero es que no encontraba la forma de explicar cómo pasé de ser un apasionado de las Ciencias (y creyente), a serlo de las Letras (y más que escéptico). Creo que todo fue debido a mi “sana” crisis de fe: por ello amo a don Quijote (sobre todas las cosas) y a toda la caterva filosófico-literaria (y al prójimo) gracias al Dios al que de dejé de venerar.
Consecuencia de lo expuesto es mi dedicación posterior a elucubrar, sobre todo a soñar. Don Quijote es El Soñador por excelencia, por eso los letraheridos le tenemos tanto cariño.
Leí completo por primera vez las dos partes de El Quijote hace ahora 11 años, a razón de capítulo por día (en aquellos tiempos tenía una feroz hambre de conocimientos, después de 18 años dedicado sólo al vil mercantilismo). Recuerdo que me reí bastante con esa primera lectura, sobre todo con la 1ª Parte, y cómo hablaba yo a algunos amigos míos sobre estas risas, no dando ellos crédito a que el libro pudiera provocar la hilaridad del lector: más bien al aburrimiento, pensaban ellos que les induciría la lectura del citado libro. Aunque creo que con aquella primera lectura no llegué a captar ni la milésima parte del intelecto de Cervantes vertido en su obra. Quedándome solamente con lo epidérmico del contenido del libro: sobre todo con las “putadas” (apaleamientos, apedreamientos y otros molimientos) que el autor gastaba a su criatura.
Hace cuatro años que un amigo del Club de Lectura de Priego me proporcionó El Quijote en audiolibro, junto al Lazarillo, Las Novelas Ejemplares, La Celestina y otros clásicos. ¡Qué maravilla! Empecé a escuchar El Quijote durante la horita,o algo menos, de mi paseo diario moviliza-pringues. Algunos capítulos los leía simultáneamente, otros no. Al tiempo, buscaba información en la Red que me ayudara a interpretar lo leído-escuchado. Me dijeron que un profesor de la Universidad de Granada impartía una asignatura exclusiva sobre El Quijote, pero yo nunca encontré ni rastro en Internet sobre ello.
Pero llegó mi día de suerte (clic), el día que topé con la Lectura Colectiva del Quijote de La Acequia donde nuestro, ya muy querido, Pedro Ojeda, dirigía a una más que mediana tribu de afectados por filoquijotimia (palabro patentado por Abejita de la Vega)
Nota Revulsiva:
Es para mí un gozoso placer (el paroxismo del gozo) anunciaros que voy a hacer el viaje para la comida quijotesca,... a base de "olla podrida".
Animaros todos a asistir. prometo llevaros unos turrolatillos de Priego.
15 comentarios:
Como miembro, algo díscola, de " La tribu de afectados por filoquijotimia (palabro patentado por Abejita de la Vega)"
Me alegro de leerte, de saber que irás a este Encuentro lo único que lamento es no poder ir..
Un brindís desde aquí es lo que haré aquel día, sin falta y con todo mi corazón.
Un beso, Antonio y CUÍDATE!!
Casi siempre las cosas que nos pasan se explican a través de nuestros 15 años.
Fue un placer que nos encontraras.
Algo has dicho tu...."curilla arrepentio"... nada mejor en ciertas épocas que meterse en el seminario, donde ni se pasaba hambre ni frio...
A parte bromas, la lectura ha supuesto cosas que superan con creces a la propia lectura...tu me entiendes..Saludos y salud
Bendito (es que aquí queda de lujo) el día que entraste al seminario si con eso conseguiste darte cuenta de lo que de verdad había dentro.
Besos, y me alegro de que por fin puedas venir.
Un beso
Mira Antonio.
PENITECIÀGITE!!
El Benedicto le va a decir a un Serafin que te mande un rayo, y estàs listo!!
(te va a dar por los cuernos, te anticipo)
¡Qué bien que nos encontraste, querido Antonio! El placer ha sido nuestro por tus geniales deducciones de los capítulos. Y qué requetebien que vengas al condumio. ¡Vamos a quemar Burgos! Besotes, M.
Al margen de ideas tendencias creencias, unirse en torno a un proyecto comun ayuda mucho.
Gracias por tu ayuda.
La palabra no es mía, creo.Pero me gusta.
El año que cascó la cebolleta Franco tenía yo dieciocho años,pero de política no entendía na de na. No sabía si se decía mitin o mitín, tal era la falta de costumbre. Con catorce, ni te enterarías.
Siempre fui de Letras porque ver una ecuación y sudar la gota gorda...todo uno. ¡Qué listos me parecían los que captaban las ensaladas numéricas que aquellos profes nos dedicaban! Tardé muchos años en saber que cada uno tiene una inteligencia diferente, ni mejor ni peor.
Creyente fui hasta los treinta y tantos. Después las pilas Duracel de la fe se me agotaron.
Como no era hombre, no corrí el riesgo de acabar en un Seminario. En mi clase de Magisterio los alumnos varones venían, casi siempre, de uno de esos centros. Cuando te acerques a Burgos, desde la carretera Madrid, verás un edificio más visible que la Catedral. Es el antiguo Seminario, un edificio mastodóntico que ahora es un hotel de lujo. Ahora les sobraría con un pisito.
¿Qué tiempos aquellos! Volvamos a lo del Quijote. Dos años y le hemos hecho, entre todos, la vivisección. Una aventura inolvidable.
Un abrazo, nos vemos.
Treinta y cinco años y un día después de que el amigo pachi cascara el peine (lo que casca es el tiempo que cabalga desbocao sin que haya forma de frenarlo)nos conjuramos desde los cuatro puntos cardinales de la península y parte del extranjero para juntarnos en buena armonía los amigos quijotescos digitales para, a la mesa, dar cuenta en directo de nuestras inquietudes y de lo que tercie.
Si me sacan de las cuatro cuentas, analfabeto en números. ¡Qué mal se me daba en el isti lo de los números! No había manera de encontrar tiempo para dedicarle.
Un abrazo.
Absolutamente magnifico.
Sencillo y profundo y, sobre todo, sincero.
Maravilloso.
Un abrazo, querido amigo.
Que tierno..... quién hubiera dicho que ibas pa cura.
Entre candilejas, una alegría que vengas, bueno, que vayas a la olla.
Besos
Antonio pues me sorprende una cosa sobremanera. Y es que siendo alumno de Ciencias fueras un hombre de fe. Que no es incompatible. Pero objetividad frente a subjetividad...
Yo recuerdo el glorioso día porque cerraron las puertas del colegio de monjas y hubo luto riguroso durante tres días. Aleluya.
El Quijote lo leí creo que con diez u once y me reí mucho pero no de los palos sino de la ironía de Cervantes. Me agradó aquella lectura pero supongo que fue arañar la primera capa y ésta ha superado con creces todas las expectativas.
Quillo, Ariadna dejó de tirar hilos y cable de cobre, se volvió sumamente roñosa.
Con que cosecha del 61, un buen año, sí señor, ya somos 2. Siempre he asociado el escepticismo al pensamiento científico y veo que estaba equivocado, tu eres la prueba (o la excepción que confirma la regla, jeje).
Me alegro de que puedas asistir a la comida.
Un abrazo y nos vemos en Burgos.
José Manuel.
It was on the newspaper when he saw the watch again. How time flies! 50 years had passed since he saw it the last time. He never stopped finding it during the 50 years. He was too old to remember too many things. However, everything about her was still engraved in his mind and never disappeared.[url=http://www.good4shopper.com/tissot-watches.html]replica tissot watches[/url] [url=http://www.luxucenter.com/]replica Louis Vuitton[/url] [url=http://www.sunglassescool.com/adidas-sunglasses.html]adidas sunglass[/url] It values at $235,000. The Italian luxury watch brand Panerai was acquired by Richemont in 1997. Its watches are always in the chic and vogue styles that most Hollywood stars are fond of them. In the 2010 Watch Fair in Geneva, they launched this kind of commemorative watches Galileo above. The dial can display the time of sunrise and sunset time of the city. The limited 30 pieces released were all booked the same day.
Mi Señor Antonio, es un placer el saber de su lateral historia, y de hecho tenemos muchos hechos comunes en nuestras biografías laterales.
He de decir, que sigo siendo fiel a estar católico, apostólico y sobre todo romano, todavía no apostaté de eso, aunque llevo peor lo de la santísima trinidad, Padre e Hijo bien, pero siempre acaba en la cazuela el Palomino los domingos, que suele estar Divino.
Me falta por leerme el Quijote de un tirón, porque ahora que nadie nos oye, le diré mi buen Señor Aguilera, que estoy de acuerdo con sus amigos, y más que hilaridad provoca en sus lectores aburrimiento. Por otro lado, apunto estuve de conseguir un libro Quijotesco, como Dios manda, de tapa dura y abandonar la lectura virtual, pero no hay modo de mangarlo, además yo quería uno de esos que vienen con muchos comentarios y explican lo de dentro (como si lo supieran, o estuviesen seguros). Me conecto a los bookcrossing, bastante a menudo, esperando que liberen una pieza decente para conseguirla, pero no hay modo, aunque gracias a esa buena moda, tengo una biblioteca considerable, aunque todos tienen etiquetas bien pegadas, que si las quito, me desgarran las tapas.
Disfrute de la comida, su presencia sin duda es imprescindible por el tono, tan desenfadado, fresco y natural que ha dado a la lectura, sin duda, cuanto menos académico, más intenso el aroma que destila la obra Cervantina y mejor se entiende el poso inmortal que la obra decanta, desde la experiencia de la vida.
Abrazos sinceros y quedo Suyo, Z+-----
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