D. Fernando (Ojito Saltón) en su harén, donde se puede apreciar a Dorotea y a Luscinda entre otras ricas mozas.
CAPITULO (1) 36 DE D. QUIJOTE
En este cap. veremos, cómo el libro que nos ocupa, ha influido (también) decididamente en toda la obra amorosa (sobre todo en la de bajo nivel), tanto escrita (v.gr: Corín Tellado), como visual (el tristemente famoso: “culebrón”). Ambas opciones son “engullidas” masivamente por el personal; sobretodo durante el último tercio del S. XX.
PROTAGONISTAS DE ESTE CAPÍTULO:
- Luscinda Inés
- Dorotea María del blanquísimo Cuerpo del Señor
- Cardenio José
- Fernando Luís, Marqués de Gaznateancho, Señor Heredero de Derechos Sexuales Ancestrales.
INGREDIENTES UTILIZADOS EN LA COCCIÓN DE ESTE BUEN GUISO AMOROSO:
Gemidos, suspiros, suspiros más profundos, sollozos, lágrimas, llantos, arroyos de lágrimas, dama lastimada y desmayo.
Abrazos, aproximación de rostros, arrodillamiento, “apretujamiento” (sólo) de rodillas (fin de los arrumacos. Obsérvese la ausencia de tocamientos irreverentes).
OBSERVACIONES:
Es preciso destacar las abismales diferencias que existen entre el Culebrón original (éste capítulo), y los culebrones sucedáneos, o malas copias, vamos.
La principal discordancia estriba en los diálogos.
Donde en el original leemos:
“..delante de tus ojos tiene los suyos, bañados de licor amoroso el rostro y pecho de su verdadero esposo. “
El sucedáneo diría: “ Mi guachupino no esté triste, pués mientras nos bañamos en el yakuzi nos meteremos unos licores entre pecho y espalda. “
Efectivamente – no hay color – no hay duda en las diferencias linguísticas. Pero en cuanto al significado (invitación al baño) de las expresiones, claramente me quedo con el sucedáneo jajaja. (Perdón olvidé que estábamos trabajando).
Ahora, ya más en serio, transcribiré algunas expresiones de las que marcan diferencia entre una obra maestra y un culebrón adormecemarujas algo “faltas…”:
- “..dejadme llegar al muro de quien yo soy yedra…”.
- “ Si ya no es, señor mío, que los rayos deste sol que en tus brazos eclipsado tienes te quitan y ofuscan los de tus ojos.”
- “ Tú solicitaste mi descuido, tú rogaste a mi entereza, tú no ignoraste mi calidad …”.
EN RESOLUCIÓN (como gusta decir a mi compy de rehabilitación, El manco de Lepanto):
Si tres, en una relación, ya son multitud, intentar un “menaje a Quatre” sería del todo un delirio.
Finalmente logran convencer a don Fernando, ablandando su duro corazón (cual garbanzos de recias tierras), poniendolo en remojo de las lágrimas de Dorotea, de que renuncie a su harén particular y se conforme con una sola moza. No está bien visto ir por ahí libando todas las florecillas que se le ponían a tiro. Él pensaba (y bien pensado) que no se podría morir de una sobredosis de “polen”. Yo le recomendaría un refrán que le gustaba decir a mi madre: “ Niño, mira por la vela que la procesión es larga “.
REVULSIVA NOTA:
Hoy le voy a dedicar este comentario a mi primo Javier y familia que viven en Madrid, y me localizó por vía cibernética.
Espero que nos conozcamos pronto. Un abrazo.
Gracias a todos los que me dísteis aliento mientras he estado manicojo. Ahora he pensado que será mejor no fracasar, ni mejor, ni peor.
CAPITULO (1) 36 DE D. QUIJOTE
En este cap. veremos, cómo el libro que nos ocupa, ha influido (también) decididamente en toda la obra amorosa (sobre todo en la de bajo nivel), tanto escrita (v.gr: Corín Tellado), como visual (el tristemente famoso: “culebrón”). Ambas opciones son “engullidas” masivamente por el personal; sobretodo durante el último tercio del S. XX.
PROTAGONISTAS DE ESTE CAPÍTULO:
- Luscinda Inés
- Dorotea María del blanquísimo Cuerpo del Señor
- Cardenio José
- Fernando Luís, Marqués de Gaznateancho, Señor Heredero de Derechos Sexuales Ancestrales.
INGREDIENTES UTILIZADOS EN LA COCCIÓN DE ESTE BUEN GUISO AMOROSO:
Gemidos, suspiros, suspiros más profundos, sollozos, lágrimas, llantos, arroyos de lágrimas, dama lastimada y desmayo.
Abrazos, aproximación de rostros, arrodillamiento, “apretujamiento” (sólo) de rodillas (fin de los arrumacos. Obsérvese la ausencia de tocamientos irreverentes).
OBSERVACIONES:
Es preciso destacar las abismales diferencias que existen entre el Culebrón original (éste capítulo), y los culebrones sucedáneos, o malas copias, vamos.
La principal discordancia estriba en los diálogos.
Donde en el original leemos:
“..delante de tus ojos tiene los suyos, bañados de licor amoroso el rostro y pecho de su verdadero esposo. “
El sucedáneo diría: “ Mi guachupino no esté triste, pués mientras nos bañamos en el yakuzi nos meteremos unos licores entre pecho y espalda. “
Efectivamente – no hay color – no hay duda en las diferencias linguísticas. Pero en cuanto al significado (invitación al baño) de las expresiones, claramente me quedo con el sucedáneo jajaja. (Perdón olvidé que estábamos trabajando).
Ahora, ya más en serio, transcribiré algunas expresiones de las que marcan diferencia entre una obra maestra y un culebrón adormecemarujas algo “faltas…”:
- “..dejadme llegar al muro de quien yo soy yedra…”.
- “ Si ya no es, señor mío, que los rayos deste sol que en tus brazos eclipsado tienes te quitan y ofuscan los de tus ojos.”
- “ Tú solicitaste mi descuido, tú rogaste a mi entereza, tú no ignoraste mi calidad …”.
EN RESOLUCIÓN (como gusta decir a mi compy de rehabilitación, El manco de Lepanto):
Si tres, en una relación, ya son multitud, intentar un “menaje a Quatre” sería del todo un delirio.
Finalmente logran convencer a don Fernando, ablandando su duro corazón (cual garbanzos de recias tierras), poniendolo en remojo de las lágrimas de Dorotea, de que renuncie a su harén particular y se conforme con una sola moza. No está bien visto ir por ahí libando todas las florecillas que se le ponían a tiro. Él pensaba (y bien pensado) que no se podría morir de una sobredosis de “polen”. Yo le recomendaría un refrán que le gustaba decir a mi madre: “ Niño, mira por la vela que la procesión es larga “.
REVULSIVA NOTA:
Hoy le voy a dedicar este comentario a mi primo Javier y familia que viven en Madrid, y me localizó por vía cibernética.
Espero que nos conozcamos pronto. Un abrazo.
Gracias a todos los que me dísteis aliento mientras he estado manicojo. Ahora he pensado que será mejor no fracasar, ni mejor, ni peor.